A finales de 1985 se presenta el proyecto elaborado por el artista pontanés Francisco Palos Chaparro, en el que se incluyen dibujos de frente, de perfil y de cuerpo entero. La imagen será realizada en madera de cedro, siendo una figura de talla para vestir que representa el momento en el que Jesús bendice el vino: “Tomad y bebed todos de Él, esta es mi sangre…”, razón por la cual aparece portando un cáliz en su mano derecha. El 11 de abril de 1987, sábado de pasión, tendrá lugar la bendición de la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Fe, durante la celebración de la primera función solemne celebrada en su honor.
El acto estará presidido por el Obispo de la Diócesis monseñor Infantes Florido, actuando como padrinos los Hermanos de la Cruz Blanca y el Consejo Diocesano de la Adoración Nocturna. Esta organización aprovechara el acto para imponer la medalla de Primera Adoradora a María Santísima de la Esperanza del Valle, distinción que le había concedido el Consejo Nacional de la Adoración Nocturna pues, como ha quedado apuntado, nuestra Hermandad nace del seno de un grupo de miembros de este movimiento seglar, siendo la primera corporación penitencial de Córdoba que contó con turno propio.
En la actualidad, esta imagen se encuentra cedida a la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación de Santa Eufemia (Córdoba), según acuerdo del Cabildo General de Hermanos de carácter Extraordinario, celebrado el día dos de diciembre de 2.001. El 10 de febrero de 2.002 tenía lugar el acto de entrega de la imagen, siendo recibida con vivas muestras de alegría por esta población serrana.
Han pasado nueve años desde la fundación y cinco desde la incorporación de la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Fe al incipiente patrimonio de la Hermandad. En estos momentos es hermano mayor Antonio Prieto Cid, y la Junta de Gobierno va a dar un giro copernicano a la cuestión del misterio de la Cena. Al no ser posible seguir contando con el concurso de Palos Chaparro, se contrata el 23 de mayo de 1992 se celebra un cabildo extraordinario en el que se decide buscar un nuevo imaginero que acepte el encargo del apostolado, recayendo la elección en el joven artista cordobés Miguel Ángel González Jurado. Al conocer lo que pretendían los hermanos, el escultor les planteó la conveniencia de que fuese un proyecto global, en el que se incluyesen los apóstoles y Cristo para que la unidad de acción y la carga dramática necesarias en la concepción de un paso de misterio se pudieran lograr con las máximas garantías. El artista presentó a la hermandad varios bocetos y dibujos que resultaron muy satisfactorios. En junta general extraordinaria de 14 de junio de 1992 se acordó encargar al imaginero la ejecución de todo el grupo, incluida la figura del Señor. La nueva imagen será bendecida el 24 de abril de 1993 en ceremonia concelebrada por don Miguel Castillejo, don Santiago Gómez, nuevo párroco de la Trinidad, y fray Ricardo de Córdoba, hermano fundador de nuestra Hermandad. Como homenaje a monseñor don Antonio Gómez Aguilar, quien había fallecido unos meses antes, el cáliz que Cristo porta en sus manos es una reproducción del que usaba el querido y llorado Don Antonio.
La imagen de Nuestro Padre Jesús de la Fe es una talla de vestir, esculpida de cuerpo completo, realizada en madera de cedro. Representa el momento en el que Cristo, puesto de pie sostiene el cáliz con ambas manos en el momento de convertir el vino en su preciosa sangre. Para resaltar la trascendencia y el dramatismo del instante, la imagen dirige la mirada hacia el frente, con el entrecejo levemente fruncido y la boca entreabierta. La barba, bien trabajada y el cabello, partido al medio y cayendo por la espalda, constituyen algunos de los rasgos más significativos de esta hermosa imagen, que ponen de manifiesto la calidad de su autor. Como afirma María Dolores Díaz Vaquero «Tanto en ésta como en otras representaciones de Cristo, salidas de las gubias de este maestro, se aprecia el conocimiento que tiene de los grandes imagineros del seiscientos, pero adobado con sus propias características, singularmente la elegancia, la serenidad y la capacidad expresiva» . La imagen viste túnica de color marfil ajustada a la cintura por un grueso cordón de hilo de oro y mantolín de terciopelo color burdeos. Luce potencias de plata dorada, con ancha cartela de aires barrocos en la base y rayos biselados y torneados desiguales y alternantes; como ya ha quedado apuntado, el cáliz que lleva el Cristo es una reproducción del que perteneció al párroco y gran impulsor de la Hermandad don Antonio Gómez Aguilar.