Apostolado

Todo el apostolado es obra del imaginero cordobés D. Miguel Ángel González Jurado, realizado entre los años 1995 y 1996, siendo bendecido este conjunto el 24 de marzo de 1996 en la Parroquia de San Juan y Todos los Santos (Trinidad).

SAN JUAN

Está representado sentado en un taburete de madera a la izquierda de Nuestro Señor Jesucristo. Es el apóstol más joven de todos. Cuenta con abundante melena, con el pelo muy caído, casi sin rizar; un solo rizo se observa sobre su frente, del cual nace un mechón que cae sobre la misma. Tiene un incipiente bigote. Tanto el bigote como las cejas son de color algo más claro que el resto del pelo. Tiene la cabeza algo inclinada hacia su derecha y los ojos semicerrados. Su tez es clara. Sus manos están abiertas y los dedos rectos, siendo los más cerrados el índice, anular y corazón de la mano derecha. Su mano izquierda se suele representar apoyada en su pecho. Como todos los apóstoles, está descalzo, lo cual era regla común entre los hebreos a la hora de la comida.           

SAN FELIPE

Apóstol sentado sobre taburete de madera, sin sandalias. Mira hacia abajo con los ojos semicerrados. Su cabeza está ligeramente inclinada hacia su izquierda y levemente girada hacia ese mismo lado. Posee gran melena negra muy lisa. Presenta un mechón característico en su lado derecho, el cual ha sido ahuecado en su totalidad. La barba está partida en su barbilla y tiene las patillas muy delgadas. Sus manos están abiertas, estando la izquierda más cerrada que la derecha, en actitud de pasarse el pan con el apóstol que se encuentra a su izquierda, San Andrés, con quien forma un grupo escultórico dentro del conjunto general de apóstoles.

SAN ANDRÉS

Apóstol sentado sobre taburete de madera. Se dispone junto a San Felipe, a la izquierda de éste, con quien forma un grupo escultórico. Está intercambiándose el pan que el Señor acaba de repartir con San Felipe. Tiene bastante pelo negro rizado, con abundante barba y bigote, patillas anchas y barba larga y partida en su extremo inferior. Su cabeza está inclinada hacia su derecha. Sus manos están abiertas con las palmas hacia arriba y los dedos meñique, anular y corazón semicerrados en ambas manos. Está descalzo, como el resto de los apóstoles.

SANTIAGO EL MENOR

Apóstol de pie. Está descalzo sobre una peana de madera. Tiene pelo abundante, barba poblada, pero no larga, y gran bigote levantado en sus extremos, todo ello de color negro. Sus manos están muy abiertas y con las palmas hacia abajo, apoyándose en los hombros de San Mateo su mano izquierda. Se dispone en el paso entre San Andrés y San Mateo. Su cuerpo y su cabeza están inclinados hacia adelante. Tiene los ojos semicerrados y la boca semiabierta.

SAN MATEO

Apóstol sentado sobre taburete de madera. Está descalzado. Su cabeza está totalmente girada hacia su izquierda, observando a Judas Iscariote cómo tiene actitud de levantarse y marcharse de la mesa. Tiene abundante pelo oscuro, no muy rizado, y una barba muy larga y partida en su extremo inferior; presenta también abundante bigote. Posiblemente sea la barba más larga de todos los Apóstoles. Tiene nariz grande y sus ojos están totalmente abiertos. Su mirada es recta y la cabeza no está inclinada. Su mano derecha está apoyada sobre la mesa, totalmente abierta y con la palma hacia abajo, mientras que su brazo izquierdo se eleva y prolonga hacia Judas Iscariote con actitud de reprenderlo en su intento de abandonar la mesa. Su atención está centrada en Judas Iscariote, con quien forma un subconjunto escultórico dentro de todo el apostolado.

               

JUDAS ISCARIOTE

Apóstol sentado sobre taburete de madera. Está descalzo y casi fuera del banco, pues su actitud es la de levantarse del mismo para abandonar la mesa, por lo que una de sus piernas está flexionada para poder tomar impulso para levantarse. La mano izquierda está abierta y se suele apoyar sobre la rodilla derecha para tomar impulso al levantarse, mientras que la mano la derecha agarra la bolsa de cuero que contiene las treinta monedas por las que entregó al Señor. Está dispuesto junto a San Mateo. Se le observa bastante separado de la mesa. Tiene el pelo oscuro y muy revuelto, barba corta y muy partida en la barbilla y bigote abundante. Sus ojos oscuros, como los de todos los apóstoles, están muy abiertos, teniendo en este caso el ceño muy fruncido. Su nariz prominente y sus pómulos saltones le dan un aspecto de enfado o enojo. El tronco semivuelto, así como su cabeza, da la sensación de que rechaza mirar a Jesucristo.

               

SAN BARTOLOME

Apóstol sentado sobre taburete de madera. Descalzo como el resto. Presenta pelo oscuro muy rizado, barba larga y partida con un bigote abundante. Su cuerpo está ligeramente inclinado hacia su izquierda, y la cabeza está totalmente girada hacia el mismo lado. Se suele representar hablando al oído a Santo Tomás, con quien forma un subconjunto escultórico junto a él. Se dispone el primero de los apóstoles por el lado de la derecha del paso. Sus manos están muy abiertas. Presenta gran nariz y varias arrugas muy pronunciadas en la frente y sobre el bigote.

SANTO TOMÁS

Apóstol sentado sobre taburete de madera. Está descalzo. Forma conjunto escultórico junto a San Bartolomé, a quien parece escuchar lo que le habla con gesto de asombro. Presenta su torso, por tanto, una leve inclinación hacia su derecha. Tiene la cabeza alzada y los ojos muy abiertos. Pelo muy rizado, sin melena, con un mechón o rizo en el centro de su frente. Barba abundante y larga abierta por su extremo inferior y bigote abundante. Las manos están abiertas. La boca está semiabierta.

SAN SIMÓN

Apóstol de pie. Como todos los demás apóstoles, se encuentra descalzado, sustentado sobre una peana de madera. Tiene el pelo canoso y la tez clara. Representa a un hombre de edad avanzada, sin ser el mayor de todos los discípulos. Viene representado con el pelo corto y amplia frente, con inicio de calvicie. Sus manos están abiertas. Se representa mirando a Nuestro Señor, con la mano derecha apoyada en San Judas Tadeo, estando colocado en el paso entre éste y Santo Tomás. Su cuerpo está levemente inclinado hacia delante, sobre todo en la zona de los hombros, y su cabeza mira al frente, con los ojos abiertos. La boca levemente abierta. Sus cejas son blancas.

SAN JUDAS TADEO

Apóstol sentado sobre taburete de madera. Como los demás, está descalzo. Se encuentra situado entre San Simón y Santiago el Mayor. Mira directamente a Jesucristo y apoya sus manos en la mesa, las cuales están muy abiertas. Su cuerpo se encuentra inclinado hacia su izquierda, acercándose a Santiago el Mayor, y su cabeza totalmente girada hacia ese lado. Por estar sentado y mirar directamente a Nuestro Señor, el cual se encuentra de pie, mantiene la cabeza algo levantada y tiene los ojos abiertos en su totalidad. Nariz grande y algo aguileña. Pelo oscuro, pero quizás el más castaño de todos los apóstoles, y largo, sin llegar a tener melena y con inicio de entradas en la frente. Barba grande, esta vez sin partir, y bigote abundante.

SANTIAGO EL MAYOR

Apóstol sentado en taburete de madera. Descalzo igualmente. Es el de mayor edad de los doce. Tiene el pelo totalmente cano, de color blanco. Tanto la barba, muy larga, lacia y partida en su extremo final, el bigote y las cejas son de pelo cano, de color blanco. Presenta la parte superior del cráneo totalmente desprovista del menor vestigio de pelo, aunque en su contorno tiene pelo corto. El cuerpo esta recto y la cabeza ligeramente levantada, lo cual le permite dirigir su vista hacia el Señor. Sus ojos se encuentran levemente entrecerrados. Y su boca entreabierta. Sus manos están abiertas y se suele representar con las manos en forma de súplica u oración, levantadas hacia Nuestro Señor.

SAN PEDRO

Apóstol de pie. También descalzo. Tiene el pelo muy rizado y oscuro. Con un rizo en la mitad de la frente muy característico. Posee unas levísimas entradas en su frente, las cuales acentúan el rizo anteriormente mencionado. No tiene melena y su barba es muy rizada y no muy grande. El bigote es también abundante. Su cabeza está erguida y girada levemente hacia su izquierda, esto es, hacia Jesucristo, a cuya derecha se sitúa. Forma un subconjunto escultórico junto a Nuestro Señor y a San Juan. Sus ojos están totalmente abiertos y su mirada es de sorpresa o asombro. Sus manos están abiertas, estando la derecha algo más cerrada en los dedos meñique, anular y corazón. Se suele representar con el brazo izquierdo por detrás de nuestro Señor.

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